Comencé este libro porque quería leer en castellano y no tuve otras cosas a mano. Ya leí algunos textos de Samanta Schweblin que no me parecían nada malos. Además me gustó el diseño de la portada. Su otro libro de cuentos, el más reciente Siete casas vacías me gustó bastante. En cambio, su novela corta Distancia del rescate me gustó menos.
Los cuentos de Schweblin encaran el miedo, lo siniestro, lo extraño y hasta el horror y la violencia en lo cotidiano, en el trabajo o en la familia. Muchas veces se ambientan en el campo o en la ruta, pero también en casa, donde tenemos nuestro espacio más protegido y las relaciones más intimas, que es donde estamos más fuertes, pero también más vulnerables. Son narrado muchas veces desde un yo y normalmente en situación de pareja, o sea en una primera persona que se define en plural, yo y mi marido/etc.
Como suele pasar con recopilaciones de cuentos, algunos me parecieron están bastante buenos, otros menos o nada. En todo caso, cuanto más leo de la autora, más me parece ser todo apenas más de lo mismo. Me imagino que ella debe tener decenas o cientos de estos cuentos en casa, preparados para publicar unos cuántos cada par de años. No quiero decir que se repita estrictamente, esto seria un exagero y una falta de reconocimiento. Me siguen gustando su estilo y sus temas, pero a veces los cuentos son del tipo: todo estaba bien y de repente apareció un monstruo y se comió a mi novio. O una variación de: todo estaba bien y de repente mi madre, mi hija/etc. se convirtió en un monstruo.
Siempre hay algo de repente funciona al revés, o anda en circulo o deja de funcionar, se convierte en un isla de abandono, o algo. Se repite el mismo mecanismo. Decir esto quizás ya es spoilear(?). Por eso son cuentos para leer cuando se tiene ganas de algo así, pero mejor no todo en un mismo día. Me parece que la autora es tan halagada que su reputación levanta muchas expectativas.
De mis apuntes:
Irman, el primer cuento me gustó bastante, pegó justo en lo que esperaba cuando abrí el libro. Me gusta cuando los narradores no se hacen los inocentes.
El segundo cuento, Mujeres desesperadas, también me gustó mucho. Tiene su toque de absurdo.
El tercer cuento me gustó mucho menos.
En la estepa parece que no tiene nada que contar.
También el cuarto - Pájaros en la boca me gustó menos, porque su titulo revela todo, no es más que eso. Este cuento, junto con Sueño de revolución, El cavador y Perdiendo velocidad - que a mi ver es pésimo, y además me pareció ya haber leído algo casi igual en algún lado, son pedazos de narracion abandonadas en el medio. Cuando esto ocurre solo después de dos o tres páginas, el cuento raramente queda bien, o tiene que concentrar mucha fuerza para funcionar. En mi opinión estos parecen ser "meros" ejercicios de escribir, escribir a partir de un titulo o de una frase, solo una escena. (Ya leí cosa mucho peores, no quiero ser injusta, pero esperé más de Samanta Schweblin porque me gusta su escritura).
Cabezas contra el asfalto, es sobre un pintor con problemas de adaptación social y me encantó, me parece muy bien logrado, estilo "airiano" diría.
La medida de las cosas me aburrió, hay un episodio del dibujito animado para niños Jorge el curioso muy parecido.
Matar a un perro me gustó bastante, aunque es un poco previsible.
Hacia la alegre civilización es totalmente levreresco (ya sé que uso mucho esta comparación, quizás porque no conozco demasiados cuentistas y novelistas de este estilo), pero la verdad que me acordó mucho a Levrero (el tren!), también podría decir que son kafkianos, pero leí poco a Kafka y Levrero está más cercano en tiempo y espacio cultural.
La pesada valija de Benavides me gustó mucho, no hay que confiar en los médicos ,arte y vida, contexto
Conservas me encantó. Porque es algo que ya imaginé y es bien absurdo, pero contado como algo normal.En Mi hermano Walter se aplica otro recurso repetido: en la ultima frase la misma lógica que sostenía el cuento hace que todo se entorna y se vislumbra que los que estaban mal a costo de alguien ahora van a estar bien por cuenta de otros. O que la salvación se torna condena y viceversa. Parecido también funcionan Mujeres desesperadas y Hacia la alegre civilización.
Papa Noél duerme en casa me dejó indiferente.
Bajo Tierra está bien, pero como cuento final solo es más de lo mismo.
En fin: recomendable, pero solo para ciertos momentos, ciertos lectores.
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