{Tenemos un invitado de México en casa que no para de recomendarme escritores que hasta ahora se me han escapado. <3 }
Lección de cocina
En seguida se nota la prosa brillante de la autora llena de asociaciones creativas, con frases complejas y un vocabulario muy rico. El estilo deja entrever la garra desafiante de la narradora observadora. El argumento es simple: una mujer contempla en la cocina intentando de freír un bife y reflecte sobre su recién contraído casamiento. Pero hay que saber que el texto es del 1971 para reconocerle su originalidad y también para no tropezar con el pensamiento de "pero para qué se casó entonces? Para qué cocina si no le gusta?!" Pues es eso nomás, una reflexión sobre las cadenas invisibles de la sociedad, justificada y todo, pero no siento que la lectura me enriqueció especialmente.
Domingo
Edith y Carlos son un matrimonio con hijos. Los domingos se reúnen con amigos y conocidos para el cocktail y los demás placeres de la vida, es open house. En esa fiesta de los domingos, la gente (nuevo-ricos) habla abiertamente sobre matrimonios, contactos, abortos, hay seducciones lícitos e ilícitos, la gente está ávida de tener algo que hablar y que sentir, para huir del aburrimiento de la semana. Pues está bien, es divertido, pero también este cuento acaba antes de que pase algo.
Cabecita blanca
Retrato de una familia católica. Reitero, la autora escribe muy bien, pero el cuento acaba sin que ocurra nada realmente, que las madres católicas, que los hijos, que las solteras,.. todas "histéricas"..... fin.
Álbum de familia es el relato más largo y él que da nombre al libro. Una periodista y su amiga viajan para entrevistar a Matilda, una escritora que recientemente ganó un premio muy prestigioso. Entablan una larga conversación con la secretaria de esta sobre el mundo de la escritura y edición, el feminismo, el periodismo. Después tienen la oportunidad de conocerla a ella en persona. En fin, es otra "histérica", otra víctima de sus hormonas y nervios. Al encuentro se suman otras mujeres escritoras que todas se conocen de la facultad y se han leído mutuamente. Son conversaciones muy ácidas que giran alrededor del ego de las escritora. De su genio, de temas como la vocación literaria, la mujer como escritora, de la competición por el reconocimiento, de la renuncia a la escrita en favor a la familia, etc. Me divirtió en parte, después me aburrió un poquito, y, en fin, tanta amargura y excentricidad tienden a deprimirme también un poco.
Ya sé ahora que este tipo de cuentos no son para mi. Son muy elocuentes, tuve que buscar muchísimas palabras en el diccionario, tiene metáforas muy buenas sobre qué es ser poeta, o escritor, o mujer, pero en cuanto argumento tienen poca substancia. Un cuento necesita un final o por lo menos alguna pointe. ¡En este sentido menos mal que son cortos! A ver si intento con una novela suya.