Volví con Vargas Llosa - ese hombre 2 por 1, autor admirable y hombre público despreciable a la vez - el autor de Travesuras de la niña mala, el de ¿Quién mató a Palomino Molero? y de La fiesta del chivo (y muchos más).
Es
el retrato de la sexualidad burguesa supuestamente copiosa y liberada
de verguenzas cristianas. Y como el matrimonio limeño cuya base era "la
batalla diaria de caricias" colapsa por culpa de un niño travieso o por
culpa de una madrastra que no le pone limites. La novela alterna esta
historia con historias basadas en cuadros, cuadros que estan basados en
historias de la mitologia griega, cristiana y hasta hay cuadros
modernos.
Lo
que parece una buena idea de construcción narrativa, queda un poco cojo
porque estas historias no están integradas con las otras, puestos lado a
lado los textos dialogan, pero dialogan "mas o menos". Se queda ahí.
Por ejemplo, imaginan los amantes en su juego nocturno ser otros
personajes, ser Venus, por ejemplo, o la Diana. Pero luego el autor
contrasta también descripciones asquerosos de la higiene diária de las
personas, pelos de nariz, mugre de uña de pie, e imaginados amantes
mutilados.
No
sé cual seria el propósito de Vargas con esta novelita. Porque calentar
no me calienta nadita. Ni me metió en grandes sarilhos morales. Ni me
pareció una sintese de motivos históricos e asuntos contemporáneos.
Mi edición cuenta con ilustraciones de los cuadros en color.No supe bien que pensar.. No me dice nada, quizás no sea de verdad mala, pero tampoco disfruté. Me dejó indiferente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario