21 noviembre, 2015

Michel Houellebecq - Sumisión (2015)






Michel Houellebecq, el polémico autor con nombre impronunciable, no pudo tener más suerte con la públicación de „Sumisión“, encontró el nervio de sus tiempos. Suerte es una palabra inadecuada aqui, porque obviamente no hay nada de bueno en un atentado, exepto para los números de venta de su libro. Justo salió el mismo día que los ataques a los periodistas de Charlie Hebdo en enero 2015 y el autor ahora tiene escolta policial.
Habiendo leído y escuchado solo (es decir nunca le daba mucha bola) solo superficialmente de esta nueva novela, al principio me decía que no me interesaban tal cosas, no creía que Houellebecq merecía tanta atención.
La novela está situada en el futuro cercano, en 2022 y recurre a un estilo de narrativa realista. Los personajes se llaman. entre otros, Hollande y Le Pen y por lo tanto no es de extrañar si luego aparece gente que interpreta el texto como un comentario político, mas que una obra de ficción. Ya el título en combinación con a imagen de la tapa evoca una imágen clara. La torre Eiffel bajo La creciente y estrella, símbolo del Islam, una sumisión de una nación bajo una religión y cultura.
Houellebecq es eso, un narrador frio, cínico, provocador y por cierto valiente.
Ahora (y no sé de dónde vino este cambio) me parece sumamente interesante este personaje público entre actor, autor, chivo expiatorio y celebridad estrella. Lean las entrevistas, por ejemplo aquí. Pero es un interés más analítico que literario.

Tema de sus novelas de las cuales ya leí y reseñé “Las partículaselementares”,  es frecuentemente el mundo occidental pos-/tardio-capitalista: el consumo, el turismo sexual, la experimentación genética, el terrorismo, la obscenidad hedonista, la falta de sentido religioso o familiar en la vida.

Su protagonista François, un profesor universitario, experto en Huysmans, es una caricatura del hombre moderno en lo que antaño era considerado la capital cultural de Europa, en París. Esta caricatura le salió un buen tanto exagerada, el hombre es extremamente machista, individualista, hedonista y no se interesa para nada por la política, hasta el día en que la guerra civil parece inminente.

El autor de las que muy resumidamente se conoce como „islamófobo“ o de „derecha“ escribió aquí una novela sobre una hipotética Francia islamista. Sus críticos ya saltaron antes de haber visto bien de que se trataba y no vieron todo el sarcasmo y ironía que llena sus páginas. Pero parece que a Houellebecq le gusta ese papel del malito de la política. Y sus efectos en el mundo de las opiniones culturales son gracioso.

El Argumento (cuidado spoiler): Se describe el panorama social y político del 2022. Después de disturbios y atentados que fueron silenciados en los medios el conflicto se resuelve con el triunfo electoral de Mohammed Ben Abbes, carismático líder de un partido musulmán moderado al que se apoya ampliamente como estrategia para no dar pie a la ultraderecha.

Sigue la descripción de la islamización. Sin escándalos, nada de fundamentalismo. La Unión Europea se expande por alrededor del mediterráneo, todo sin problemas, hasta la ciencia se reconcilia con el Islam, o mejor dicho los líderes musulmanes se reconcilian con ciertas partes y formatos de la ciencia.
Francia vence el desempleo. Era tan fácil, las mujeres se quedan en casa a cocinar, las subvenciones estatales para familias suben y el dinero fluye de Arabia Saudita.

El protagonista tiene una crisis personal cuando pierde su trabajo y al mismo tiempo una amante, aunque ambos nunca lo había satisfecho de verdad.
En estos tiempos de crisis el protagonista se aferra a lo único que aún tiene en la vida, su trabajo de especialista en Huysmans. El escritor francés del siglo XIX, vaya coincidencia (me dijo wikipedia) “expresan un disgusto por la vida moderna y un profundo pesimismo”. Igual a este vacila en la vida y en fin se abre hacia la fé. Más o menos sin creer, ni entenderlo se acerca a la vida de los creyentes.
La religión y la política entonces son ahí compatibles, pragmáticos en algunos casos, como el de encontrar una esposa o trabajo o hasta alguna sensación de grandeza y necesidad de pertenecer exigido por un subconsciente. El narrador plantea la posibilidad de una Sumisión como elección voluntaria, como modelo necesario para la felicidad, para un fin mayor que el hombre, o no es, como todos pensaban, una utopia negativa de un futuro cercano dentro de lo posíble.

Mi opinion:
Al final no es la gran cosa, queda claro que la prensa levanta más polvo que la novela justifica.
Es una novela bastante corta (según Internet la edición española tiene 288 páginas, pero mi pdf alemán tenía menos de 100, supongo entonces que lo imprimieron con letra grande) y mucho menos escandalosa en su contenido ideológico que nos hacen creer.
Parece que para Houellebecq aplica el dicho „Any press is good press“. No es nada tonto, el chabón.
Me sorprendió lo natural y tranquilo se presenta su explicación de los acontecimientos políticos. No hay action, ni moralismos, era diferente de lo que pensaba y al mismo tiempo es tan banal. Tuvo algunas ideas interesantes, a nivel político, pero se agotan rápidamente. El tipo podría seguir escribiendo en el mismo estilo, repitiendo la misma pauta y seguirá haciéndose rico y famoso. Eso de leer cada vez sobre vidas sexuales frustrados no me atrae mucho, es cansativo, ahí siempre me pregunto como el autor consigue tantos lectores.
Si la novela está justificada o no, es, en mis ojos, la falsa pregunta. Los artes son el espacio para justamente eso, para jugar con hipótesis e ideas locas. Si la novela es buena es otra cuestión completamente diferente.

Ahora disculpen si ya que les conté todo y se quedaron sin ganas de leerlo.

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