29 junio, 2019

Rodrigo Rey Rosa - Severina (2012)

Severina es otra novela de menos de cien páginas, otra novela que me parece un cuento largo y primera novela guatemalteca que leí. Es una historia muy simple, con una escritura muy fluida: un librero cuenta en primera persona como se enamoró de una ladrona de libros bella e enigmática. Se lee bien y amenamente, pero el personaje de la chica carece de una caracterización (excepto del amor por los libros, que por supuesto es un factor fuerte), de forma que me pareció poco querible o enamorable, lo que tiene el efecto de que al final queda poco creíble todo que hace el librero por ella. Pero bueno, creo que la novela es recomendable para gente que tiene poca paciencia y quiere leer algo fácil y redondo.
P.S. fue llevada al cine por Felipe Hirsch, que situó la historia en Montevideo. No la vi aún. Está aquí el trailer: https://www.youtube.com/watch?v=n_qsbvZJdrg

22 junio, 2019

Edmundo Paz Soldán - El delirio de Turing (2003)



Fue la primera novela boliviana que leí,  ya era tiempo. Igualmente no sé que tanto representativa seria de la narrativa contemporánea del país andino, pero fue ganadora del Premio Nacional de Novela de Bolivia. Por las Internetes, el nombre de Paz Soldán vuela, estaba con altísimas expectativas. Se lo elogia de lo más alto en todos os cantos, sobre todo en lo que toca a ciencia ficción y es algo que a  mí me gusta. Siendo así no fue difícil desiludirme. No me valieron los veinte pavos que pagué.
En El delirio de Turning, situada en Rio Fugitivo, ciudad imaginaria, Edmundo Paz Soldán traza un puente entre las comunicaciones clandestinas de los "subversivos" y los espías que los siguieron durante la última dictadura militar y los hackers antiglobalizacistas un tanto romantizados del siglo XXI con su lenguaje de chat en abreviaciones. La historia envuelve a Miguel, su mujer y a su hija todos metidos en la informática. A todos los personajes les gustan los jueguitos de matemática y paradojicos como son en el manejo de sus valores, a todos les gusta comer en McDonalds, la esposa del protagonista, por ejemplo es hipocondríaca y fuma tabaco negro. Las tecnologías son su su medio, pasan el día en Playground que seria algo como red social/juego de realidad virtual y plataforma de negocios clandestinos.
Poco a poco se va revelando que los trabajadores de la seguridad de comunicaciones nacional que combaten los hackers tienen pasados sucios. Esperaba aprender alguna cosa sobre el criptoanálisis. pero nada más que comienza con números que substituyen letras del alfabeto como en los enigmas de la última página del periódico.
(Después de expectativas siempre viene un pero). Al inicio me decepcioné un poco, el estilo de policial bestseller-estándar de capítulos alternantes me recordó de Perder es cuestión de método de Gamboa de Gamboa y, si bien no es policial, a Angosta de Faciolince que tiene un Salto de los Desesperados, Rio Fugitivo tiene un Puente de los Suicidas. Tiene ese aire didáctico de tener que explicar que es Latinoamérica a lectores europeos/norteamericanos: que es el neoliberalismo, que significa la privatización, que el precio de la luz eléctrica cobrado por una multinacional privada que controla la hidroelectrica toda del país, como viven las diferentes generaciones la transición dictadura-democracia en los 80 y sus consecuencias cuando no se ha hecho justicia, cambiado personajes políticos ni trabajado la memoria colectiva. Y además quiere sensibilizar el lector acerca de lo que significa ser el país más pobre/con menos tecnología dentro de Latinoamerica disputando este lugar apenas con Paraguay y como eso refuerza los contrastes de formas de vida (tradicional/modernos, local/internacional etc.) que la globalización agudiza y que se observan también en los deseos y formas de pensar de los personajes.
Después de un rato, más o menos llegando al tercio de la novela los personajes toman formas más multidimensionales. También los hechos narrados, a pesar de placativos, se vuelven un poco más substanciosos, más creíbles. Como la represión en las calles, el miedo de que vuelvan los militares, el cierre de universidades, todo eso de repente parece más real leído en el 2019 con los Bolsonaros, Trumps y Macris de que unos años antes. La novela se publicó en el 2003, o sea antes de la llegada al poder de Evo Morales, altura en que Bolivia también lucha con una crisis económica e con inestabilidad política, también antes de WikiLeaks, el escándalo de la NSA en Alemania, Anonymous, y en términos de ficción: Blackmirrow y todo eso. Reconozco no estar muy informada sobre los acontecimientos en este país, pero entiendo, a grandes rasgo la situación de Bolivia como parecida a la de sus países vecinos del sur, en los 90 se experimenta durante una década con políticas neoliberales, aconsejadas por Estados Unidos. En el que el estado no tiene el monopolio de poder y se va integrando con la idea de hacer todo más efectivo y barato. En la novela, la realidad es tan fea que el simulacro de las tecnologías crea mundos más amenos. Además, el internet con sus múltiples personajes/posibilidades/lenguajes es tema muy literario, se presta.
Sin embargo, concluyo que la novela no es para tanto, los hilos de las historias acaban en una nadita bastante previsible y nada, deja caer muchas veces palabras como cibercultura y ciberhacktivismo, cibercrimen, ciberterrorismo, y ciberanarquía.prometió mucho más de lo que entrega.

Mario Bellatin - Damas chinas (2016)


Cínica, con personajes medio desagradables, tal vez se pueda relacionar la escritura de Bellatin con la de Houellebecq. Esta historia trata de un episodio en la vida de un ginecólogo al que le gusta ir de putas. Nos cuenta un poco de su carrera, de su familia, de sus relaciones con mujeres. Todo desde un punto de vista de un científico, clase media alta, cuando los hijos hace problemas los internan, parece todo un poco inverosímil o, mejor dicho, bastante alienado. Funciona, pero no sé si me gustó mucho. No me disgustó, pero prefiero pensarlo como un cuento largo y no como novela. Lo que cuenta el ginecólogo lo que le cuenta el niño al ginecólogo al final, detrás de la cotidianidad, son cosas de vida y muerte como también es la historia que cuenta su novela Salón de Belleza. Me daba que pensar cuál seria el determinado en común de los cuentos. En Internet leí que eran del desapego y de la tentación del filicidio, pero apenas insinuados. Pues, es verdad. Bueno, eso es todo. Hay que gustar de ese estilo.

Michel Houellebecq - El mapa y el territorio (2010)


Ya sabia más o menos en que me metía al comenzar El mapa y el territorio. Se dice que o se es admirador del autor, o uno no lo soporta. Se dice que ahí no hay intermedio, pero quizás yo me ubicaría justamente en ese lugar medio. Habiendo leído varias novelas que encontré desde pasables hasta pésimas por repetido e vaciado (Lanzarote). Digo pasables por ser repugnantes, pero originales y a su manera provocativa bien logradas como Plataforma. Tiene un no sé que que me gusta; debe ser reflejo de unos tratos cínicos en mi personalidad.
En sus novelas hay siempre una ácida crítica social con mucho sarcasmo, es siempre misógino y políticamente incorrecto. Eso seria su mayor fuerte en el retrato del mundo contemporáneo. En Las partículas elementares visaba más los hippies y midlife-crisers de la generación del 1968, en Sumisión la supuesta amenaza musulmana y por ahí fuera.
Por lo que escuché entre amigos lectores y por lo que venia leyendo en Internet, estaba segura de que esta novela iba configurar entre sus mejores. Me pareció muy muy parecido con Plataforma, está ese acenso social de la gente joven y bonita, los que se convierten en "people", en burguesía fria y desencantada, comen en restaurantes 4 estrellas y trabajan con multinacionales que tienen que ver con gastronomía y turismo nacionales/imperiales y despojada de cualquier sentimiento o escrúpulo ven multiplicarse sus fortunas. Se citan marcas  y restaurantes sin fin.
Me gustó que tematizara el mundo del arte y me parece que el mapa es siempre más interesante que el territorio, sea por lo estético o por el dinero que se puede sacar de el.
Como en sus otras novelas aparece el propio Houellebecq ficcionalizado, haciéndose publicidad, muy así como se le conoce por los medios de comunicación, borracho, indeciso, depresivo, solitario, pero con personalidad. Y se hace amigo del protagonista. Entiendo que la manera de hacer auto-ficción de Houellebecq está más soportable y por veces graciosa que la de Vila-Matas o el sinnúmero de seguidores, aunque la verdad es que me parece una especialidad literaria un tanto dispensable.
La ultima parte en donde muere Houellebecq-personaje me pareció desconectada del resto del libro.