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18 enero, 2018

Fabián Casas - Ocio seguido de Veteranos del pánico (2000)


En Ocio seguido de Veteranos del pánico se retrata la Buenos Aires de los años noventa desde la perspectiva de un autor joven (1965). Si a Fogwill le gusta - como se lee en la tapa del libro - no debe ser malo, pensé, y estuve bien.
Lo leí en traducción ["Elogio del ocio" su titulo], pero me gustó, me imaginaba como sonaba el original de cada frase. Se lee en una tarde, son dos textos cortos.

Se habla mucho de este libro, como ejemplo de la narrativa argentina de esta época en la que e nota una "vuelta al barrio" o como texto que evidencian rasgos que se dicen típicos de los años 90, la presencia de drogas y la crecida polaridad entre superproducción (económica) por un lado y los excluidos de la misma historia en otro lado. También figura en la lista de los textos contemporáneos que frecuentemente son un "mero" "registro del presente" en vez de descifrar el pasado nacional o elaborar un texto denso en referencias y otros recursos clásicos.

Andrés vive con su su familia, haciendo nada, escuchando Spinetta, Beatles o Frank Zappa, leyendo, come, limpia su cuarto, caga, de vez en cuando se hace una paja y eso es todo. Su hermano y su padre trabajan. Por un tiempo vende porro y ácidos con su amigo Rolo. Eso es todo.
Me gusta su estilo, me gustan los personajes, la sensibilidad, para mi tiene un problema de plot. Como si de repente dejó de escribir la novela de la que Ocio sería el primer capitulo. Su tono al describir el ambiente familiar, entre melancólico observador y simplemente racional como de los personajes que tiene sus cosas claras, me recuerda bastante a Pablo Ramos.

Pero si Ludmer dice el Boedo de Ocio es un isla urbana (figura que identifica por ejemplo en La villa de César Aira) con certeza se refiere al segundo cuento:  Veteranos del pánico. Esa historia de la familia numerosa contada por un narrador que se describe a si mismo como depresivo. Me aburrió, me esperé más. No es que Fabián Casas escriba mal, veo sus caracteres vivamente, pero me los presenta y después nada. Final del cuento.

17 enero, 2018

Feliz Bruzzone - 76 (2007)




76 no es solo el titulo del libro, sino también el año de nacimiento del autor. Por lo tanto el autor, pertenece a lo que se llama la generación de autores argentinos jóvenes (hasta los 40 y pocos un autor es joven, no?).

En este libre se reúnen pequeñas historias que potencialmente comparten personajes, pero se sitúan en otros tiempos y otras perspectivas o bien podrían solo ser caracteres de los que algunos llevan el mismo nombre. Los cuentos se dejan leer sueltos, pero juntan se acrecientan sentido mutuamente.

La mayoría de lo cuentos esta escrita en primera persona y todos tienen en su centro un o más personajes, todas las edades, hijo(s) de desaparecidos, siendo el mismo autor uno de ellos.

En las situaciones contadas, siempre cotidianas, se notan las ausencias, está, por ejemplo, la típica tía que no quiso saber de nada (Susana está en el extranjero), o el nene discriminado por sus amigos de barrio por no tener madre. 76 no solo dirige la mirada al pasado, sino también al futuro, cosa que da un toque vagamente fantástico o de ciencia ficción al penúltimo cuento y luego se desarrolla de lleno en el último. En fin, es ficción social la que llena los vacíos de los desaparecidos, sea a través de la concentración en el dinero o con la dedicación a su carrera en las ciencias o vía el siempre tentador camino del alcohol como formas de investigar/distraerse.

Al principio no me gustaron nada los cuentos, me parecieron muy planos, muy vacíos, muy simplistas, sin nada nuevo. A medida que los cuentos avanzan se hace perceptible la conexión entre los cuentos, mejora.
Leí la traducción alemana porque la conseguí muy barato en una linda edición de tapa dura, pero en traducción queda rarísimo. En fin, ya leí cosas peores y uno que otro no me disgustó (los cuentos del medio), pero en total me inclino a decir que no me convenció y que no lo recomiendo. Quizás en castellano quede diferente.

Haus am Strand
Unimog
Fotos von Mama
Was in einen Becher passt
Die Ordnung der Dinge
Susanna ist in Uruguay
Unter Wasser rauchen
2073


02 enero, 2018

Mario Levrero - La máquina de pensar en Gladys (cuentos) (1970)


Pienso que Jorge Mario Varlotta Levrero es maestro de las formas breves, mas que de novelas. Esta es una colección de cuentos de la época en que Levrero estaba en sus veintes a finales de la década de los 60. Estaría muy bueno poder ilustrarlas. Me vino bien este hallazgo porque tengo poco tiempo de leer, así leía uno o dos por día antes y después de trabajar.

La máquina de pensar en Gladys 

En este primero cuento corto o micro cuento, homónimo al libro, se anuncia la temática o el género de Levrero (reconocible y recurrentemente se tratan los temas del hogar imposible o de las intenciones y deseos frustradas). Me gustó.

Es la calle de los mendigos

El protagonista desarma un encendedor, cuento buenísimo, parecido a aquel cuento del zapallo de Macedonio Fernández. No quiero revelar más.

historia sin retorno no. 2
El protagonista no se puede librar de un perro molesto. Es otro micro cuento muy simple y bueno, parece una alegoría o fabula.
 
Casa abandonada
Ya había leído este cuento antes. No me gustó tanto por ser más fragmentado en escenas, pero no está mal.

Gelatina
Muy bueno, es mi segundo favorito del libro. Es un cuento sobre un caso del que nada puede saberse a ciencia cierta. El protagonista sin nombre está, en su confusión de emociones, anhelando la compañía de una mujer, y como siempre se ve trabado en problemas de proximidad-distancia. Igualmente le pasa con sus amigos ("Lo quería al Gusano, pero se me hubiera pegado, después qué hacía con él, todo el tiempo"). Vive en ruinas, entre escombros (cerca de la rambla de Montevideo) y tiene que aprender a dormir a la intemperie y encarar el día-día cada día de nuevo: ir en busca de dinero, cigarros, alcohol, comida: escapar de las bandas de mujeres violadoras, de la prostitución, evitar los robos o robar él mismo. Su grupo de amigos trata de la organización de supervivencia en un mundo hostil y absurdo y a veces hay rodas de mate. En este mundo hay también bandas de tullidos asesinos. En las ruinas hasta violan a la estatua. Me gustó el toque "surrealista", para ponerle una palabra, no sé como describirlo. Se describen masas de cuerpos y combinaciones nuevas, por ejemplo cuando el protagonista desiste de todo y se deja llevar por inercia:
Fui al borbollón. No para buscar a Llilli, Horacio me había decepcionado, sino para jugar con la depresión. Había descubierto que si no movía los pies la gente igual me llevaba, y a veces el apretujamiento, los pisotones, el manoseo, me producían un placer masoquista, y la emoción del riesgo de caerme, así, con las manos en los bolsillos. En una oportunidad me empujaron contra una vidriera, pero no se rompió; me golpeé un poco la cabeza, después volvieron a arrastrarme.
Es un tipo de humor negro muy personal de Levrero; muestra lo difícil que es no hacer nada mismo frente a situaciones horribles.

El sótano
Es el cuento más extenso de la colección, me encantó. Lo quise volver a leer en seguida para disfrutarlo una segunda vez. Me recuerda a Alice en el país de las maravillas o a los cuentos de hadas. Contado en tercer persona. El nene Carlitos vive en una casa con mil posibilidades, además de corredores, cuartos y el enorme jardín, explora la imaginación y la comunicación. El único punto negativo es el final, que no me gustó. Es una lastima, pero igual así el cuento es mi favorito de la recompilación.

Ese líquido verde
Micro-cuento. Ya me habían contado antes. No puedo decir si me gustó o no porque me faltó el efecto sorpresa. Pero diría que hay mejores.

La casa de pensión
Es un cuento hecho de una sola frase que abarca siete páginas. Tiene lo suyo, pero no me gustó tanto. El protagonista describe la pensión en la que vive.

El rígido cadáver
Cuento muy corto y muy raro, parece que no fue terminado o no lo entendí.
 
Los reflejos dorados
Me gustó. Es simple y de estructura similar a otros cuentos (lo de dentro viene a ser más grande de lo de fuera).

la máquina de pensar    en    gladys
(negativo)
Es un cuento con una especie de lógica al revés que corresponde con el que abre el libro, pero aún así no entendí nada.

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