La autora hace un esfuerzo pero el resultado no me convence. Lo que podría ser informativo - y por pasajes lo es - se me hace difícil de soportar a causa de su estilo reduccionista y tono exagerado.
Lina Meruane es chilena pero vive en Nueva York donde enseña literatura en la NYU. Obtuvo una beca Guggenheim y publicó varias novelas.
Define su ensayo con diatriba a favor de la anticoncepción. Hasta aquí estamos de acuerdo.
Yo estoy muy a favor de la anticoncepción y en contra de que la discriminación de mujeres child-free (y no child-less, para decirlo sin el silencioso peso de acusación), pero hace falta polemizar tanto? Es una decisión difícil la de procrear o no, que cada una toma idealmente libre y conscientemente y hay miles de formas y razones por tener o no tener hijos y trabajar y hacer carrera tampoco es el sueño de cada una. Meruane menciona algunas mujeres escritores que no pudieron combinar la crianza con la escritura ya que son dos trabajos no o insuficientemente remunerados y menciona otras que tuvieron hijos y combinaron su trabajo creativo con la crianza con dificultades. No le encontré mucha gracia al libro a pesar de que yo misma me cuento entre las que sienten la sutil presión de la sociedad que pesa sobre las no-madres.
La autora dice quejarse de la polarización de demandas a las mujeres madres, pero es ella que más polemiza (al estilo de sobre gustos no hay nada escrito, pero...) Y habla de Madres totales existencialistas y de totalitarismo de la lactancia, o se amamanta hasta los 13 o de las madres igualitarias que piensan que la lactancia es una obligación más ("una tiranía") de la que mejor es prescindir totalmente.
La autora se queja de la sobreprotección del hijo, "como si él mismo fuera una especie en extinción que requiere de cuidados especiales" pero no se pregunta si este fenómeno puede tener otras causas ansiogenicas que solo la presión de la sociedad partriarcal más la presión de ciertos ramos de feministas o super-madres. Tampoco concibe la posibilidad de que haya mujeres - madres o no- que prefieran quedarse en casa o trabajar part-time antes de dedicar 8 horas diarias al mundo laboral tan liberador y fascinante.
Dice que hoy en día las escuelas ponen tareas imposibles y exigen a las madres hacerlas con los chicos y que en su época eso no existía. Permítame opinar aquí personalmente aunque seaun poco distante en edad, yo me recuerdo de tareas difíciles que simplemente no hacía y que sí que había colegas que contaron con ayuda de sus padres en lo que respecta estudiar y que muchos de aquellos terminaron el bachillerato con notas que les permitieron estudiar carreras universitarias superiores. Vale, no me crié en Chile, pero a lo que voy es que no sirve de nada generalizar los extremos.
Eso de "en mi época todo era mejor", y el Estado daba trabajo de por vida y educación gratis y salud apropriada y cuidaba de los pobres, etc. encaja más en una columna de ciertos periódicos o ciertas revistas que en una publicación ensayo de Random House.
No pierdan el tiempo y los nervios.