Me encanta como escribe Ronsino, es de
esos que construyen un universo y en cada novela lo amplian, Julio
Premat le llama un escritor anacrónico. Desde la primera página me recordó a la prosa de Juan José Saer también.
Lumbre es la
historia del narrador, Fernando Sousa, un guionista de cine que vive
en Buenos Aires, que vuelve a su pueblo natal, a Chivilcoy. La cuidad
en la que los trenes que ya no están, las viejas fabricas ya no
funcionan y donde mataron al poeta modernista Ortiz. El mismo autor
es chivilcoyano.
Fernando vuelve
porque le dijeron que se murió Pájarito Lernú, un viejo amigo y
raro personaje y de paso visita a su papá. Lumbre
tiene una trama policial que sirve de escusa para la inmersión en
las memorias. Descubre que Pájarito, todo un personaje loco, dejó
unos cuadernos con historias raras y además le dejó al narrador ,
justo antes de morir, una vaca.
El revuelve
entonces en sus recuerdos del pueblo
bonaerense y se le entreveran memoria y historia,
porque son dos cosas que van por
caminos cercanos. Describe por ejemplo un recuerdo que el viejo
padre del narrador le há contado, o los recuerdos
de la profesora de historia coja, o el sueño
del abuelo en que aparecia la hija de la vecina la que ahora
reencuentra muchos anos después por acaso en un bar o en una fiesta,
y así va saltando entre las piezas de su puzzle provinciano. Ronsino
pasa de un tema a outro, de un personaje a otro, pero como lo
há mencionado antes el lector se recuerda quien es, es como si
hiciera círculos de memoria.
Solo muy tarde me
enteré de que Lumbre en realidad es la tercera parte una especie de
trilogía de Chivilcoy. Se entiende bien sin haber leído las otras
novelas (La descomposición y
Glaxo). Es bueno saber que no se me
acabe el material.
Miren que majete el muchacho:
http://www.rfi.fr/es/cultura/20180320-hernan-ronsino-su-novela-lumbre-traducida-por-gallimard
En Zona de Clivaje Heker cuenta
la historia de una separación, o el final de una
relación, después de haber pasado casi
media vida junto (13 años) a su pareja
Alfredo.
La novela está
llena de inteligentes reflexiones – de la pluma de Irene, la
protagonista y narradora – sobre el camino de conocer su alma,
sobre la naturaleza de las relaciones hombre-mujer, sobre los cambios
que vienen com la madurez, como ser consciente del cuerpo, del
placer, de las trangresiones, de la diferencia de edad, sobre que es
conocerse a fondo y conocer al otro al fondo, cómo intentar de ahogar los celos, no hacerse la víctima y tampoco
callar su ego, sobre cómo es discutir con estilo, educación y clase.
Irene es una
empleada pública, ex-estudiante de física con ambiciones de
escritora, que tiene una relación con
Alfredo, un gran Don Juan que
mantiene siempre su fachada. Vive sola
porque su relación no es oficial. Irene
que defender constantemente su estatus de no casada, en el omnibus,
frente a los vecinos (todos piensan que es su pareja es su padre).
El es
profesor de letras y en su vida privada
define como un profesor estético, define el amor
como una educación sentimental
y asume la tarea de sacarles el resplandor de dentro a las mujeres.
Y encima aguantar a
la madre que quiere que se case y “formara
un hogar” porque piensa que así sería
feliz confundiendo su propia idea de felicidad con
la de su hija.
Ellos dos
acostumbran atender soireés de conversación con psicoanalistas y
otros membros de los circulos intelectuales en las que él a veces se
va con otra e Irene compreende, da consejos y no se escandaliza.
Hay dialogosdeliciosos
como:
"...sin soltarla ni
atenuar la sonrisa, dice: —Dígame, Irene, usted que estudia
física, y parece tan marxista, ¿cómo concilia la dialéctica de la
naturaleza con el Principio de Incertidumbre de Heisemberg?"
Este ambiente
academico-juvenil-burgués queda un poco forzado, pero con eso, para
mi, gana versimilitud, no sé si me explico, me refiero a los
castillos de aire que se levantan en las cabezas de jovenes amantes y
ambiciosos.
Para mi fue un poco vacilando entre
aburrido y interesante, pero al final se inclina
la balanza hacia un contundente: me gustó. No es
aburrido en el sentido general de aburrido, Heker escribe de
maravillas y da en el clavo en cosas no muy
obvias, de cómo salvar situaciones, darlos
vuelta, por ejemplo, cosas que normalmente quedan subentendidas o no
entendidas.
Pienso
que es una novela que hay que leer joven, para que los temas
sean más relevantes. No me decido si es para leer cuando uno está
en una relación “complicada”, como una forma de terapia, o
justamente no es recomendada en tal caso porque se tendrá más de lo
mismo.
En el inicio hay que
leer con atención para ver qué es antes y que es ahora, muchas
veces cuenta la segunda parte de una escena y después la primera. La
novela está llena de jerga rioplatense, y
pienso que le queda muy bien, “chupate esta mandarina”, me
imagino que puede llegar a ser un poco difícil para los de afuera.
Tiene algo de la literatura argentina
de los 60-70, un tono de voz o, no
sé, un humor quizas cortaziano.
Sin embargo, aunque
está muy bien escrita, tengo cosas que me nublaron un poco la
experiencia. Es quizás por su tema, confieso tanto no me interesan
los aprendizajes de
una joven, que quiere parecer más grande que de 30 años y a la vez
mira a los de 20 con compasión y algo de envidia., en el
manejo de sus emociones hacia sí misma.Y
a pesar de que me identifico mucho con algunos problemas hay
cosas con quetodo el contrario, para mi ni son algo en
que me reveo ni son pertinentes con la imagen que me hice de la
protagonista, por ejemplo esto:“Siempre
se acordaba del consejo de Coco Chanel cuando era demasiado tarde:
una mujer debe arreglarse siempre como si ese día fuese a conocer al
hombre de su vida.” (Conozco de mi más bien el
contrario, a los 17 preocupadísima con el maquillaje y a los 30
bruta y sin paciencia para círculos intelectuales).
También hay que
notar que es una novela en que se nota como algunas cosas de
hombre-mujer han cambiado desde el 1987.
Me da mucha curiosidad la autora, ahora
estoy con muchas ganas de leer su
novelaEl fin de la
historia /pero
está a 60€ en amazon y vivo en una ciudad sin librerias
especializadas).
Quería
leer algo cortito, livianito y eso tuve.
Aunque bien parece el libro más flojo del
autor.
Andrés
Neuman escribe muy bien, los personajes están bastante buenos, las
descripciones de la noche alucinantes, pero la historia avanza lento,
o mismo es poca historia para llenar una novela, se hubiese quedado
com el formato cuento mejor.
El
libro cuenta la historia de Demestrio, un hombre que trabaja
recogiendo basura en Buenos Aires.
sus
recuerdos de la Patagonia, de la infancia a orillas del lago
Nahuel Huapi y del primer amor. Y
algunas cosas más.
Me
pareció creíble, enfaticé con él. Pero le falta algo. Al final
queda medio soso, o interminado.
Si no
fuese porque Neuman sabe hacer de las descripciones más simples una
poesía, una imagen que resuena, esta novela sería mala.
Y
no me gusta como el narrador imita
el acento argentino, es un recurso que por veces
da mucha vitalidad y autenticidad, pero en este caso es demasiado.
(Los personajes cada mañana piden dos
“cafeses”). Queda medio banal, aburrido. No
sé bien explicarmelo.
Hace poco leí Padres, hijos y primates de Jon Bilbao. El hermano de las moscas es igual de entretenido pero no tan rápido. Alto potencial de enganche pero quien aguanta hasta el final?
No sé llamarlo ciencia ficcion o más bien fantástica moderna, es una versión adaptada del tópico de Kafka, hombre que una vez al año se convierte en bicho sin explicación, inserida en la vida moderna de una família clase media-alta alrededor del comienzo del nuevo milénio. Es más, en vez de convertirse simplemente, se fragmenta, cosa que complica bastante el asunto.
Con orgullosas 384 páginas se podría haber recortada para ganar agilidad, por ejemplo en la parte de Anotaciones de supuesta utilidad, igual que en algunos otros sitios (la compra del coche, etc.las reuniones con el superior del trabajo) de hecho si yo fuera editora recortaria toda la segunda mitad del libro, y hasta pondría un final diferente.
Hay algunas escenas que me parecieron interesantes pero desconectadas del tema. (El incendio en la refinería, lo de la ballena, lo del centro comercial, lo del hoyo..) Creo que pretenden contribuir al clima sinistro de cosas imprevisibles que ocurren potencialmente, algo de una animalidad/fuerza de la naturaleza acojonante medio oculta en el día día.
Igual tengo que decir que el rato se me hizo más agradable que, por ejemplo, el de Tierra de Campos, otro libro que padece síntoma similar. Para una primera novela, chapeau! El estilo es parejo, seguro, los personajes bien definidos. Tengo ganas de leer sus libros de cuentos.