Me encontré con una novela con grandes aspiraciones, me parece que quiere hacer literatura europea, presentar el trabajo de la comisión europea y mostrar la importancia de luchar para proyecto europeo, de vencer los nacionalismos, de no pelearse por detalles burocráticas o por los proprios egos e intereses y así gastar el dinero europeo en nimiedades y perder la confianza de los ciudadanos. El autor ejemplifica las contradicciones que usan los UE-críticos muy resumidamente, simplificado y repetitivo como toda la novela y con eso no hace otra cosa que confirmar clichès.
Más que una novela parece un plaidoyer. Habla mucho de Auschwitz, que la Union Europea se fundó bajo el consenso del nunca más, facto que algunos altos funcionarios quieren recordar en ocasión del aniversario de la comisión europea. y critica el auge de la nueva derecha en muchos países. Pero no dice nada nuevo.
Nos presenta estos funcionarios como gente que tiene dificultades de manejar sus emociones. Es gente de diversos orígenes, no todos vienen de familias burguesas. Ahí están los idealistas, los lobbyistas y los vanidosos, los que van en bici a trabajar y los que desmontan el alarma de fuego en sus oficinas, el economista que nada contracorriente el hijo de la familia de producción de puercos en Austria, la chica pobre de Chipre, el hijo de un héroe de la resistencia belga, que se tatuaría las doce estrellas de la UE en el antebrazo. Todos, o la mayoría, personajes entrañables, pero poca acción. Economistas que no se interesan por la cultura y son obligados a trabajar en el departamento dedicado a ella.
Aparecen puercos en medio de Bruselas, no sé si es un intento de meter humor, pero no se concluye,
Incluye hasta una trama de novela negra, sin ningún suspense, hay un terrorista y hay un inspector de policía, cuyos pasos deja de seguir a media novela, criado tal vez solo para incluir el tema del terrorismo y de la inteligencia y el vaticano.
Me aburrió bastante, me desilusionó. Tenía altas expectativas. Me parece mediocre rozando lo malo. No puedo creer que con esta novela ganó el premio alemán del libro ni que la editorial suhrkamp acordó publicarla.
El abanico temático está forzado, el autor insiste en meter hasta los temas del Brexit y los refugiados, aunque no vengan al asunto, no se conectan, son ruido de fondo.
Con sus muchas frases en polaco, en holandés o en francés parece más un turista pesado que un autor “europeo”.
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