La literatura, cuando es buena, consigue a partir de la ficción, desde lo incierto y desde lo posible, desarrollar una mundividencia real, quiero decir escribir sobre política, ciencia, literatura o filosófica. Ricardo Piglia, autor de Plata Quemada, toma posición en todo eso. Los lectores sabemos que la vida es hecha de historias e Historia (que en el fundo son la misma cosa, hay siempre versiones diferentes) y que son increíblemente poderosas, hechas de
mujeres y locuras de policías y espías en constante guerra de
información. En la ciudad ausente, que se puede leer como distopia o como novela de anticipación, encontré una propia teoría de lenguaje, opiniones sobre la tradición literaria argentina y además máquinas y cyborgs, pájaros mecánicos, psiquiatras y prostitutas.
La historia política son relatos de desaparecidos, exiliados, comentarios sobre la guerra das Malvinas, relatos No-oficiales. Éstas, en la Buenos Aires de la ciudad ausente son publicados por la máquina, antes de que los publique la policía. Júnior, es el periodista de El Mundo, encargado de la sección de la máquina. Cuando el gobierno decide desconectar la máquina, Júnior se propone investigar por su cuenta.
La historia argentina
tiene a ver con gauchos y con ingleses viajantes-mercantes. Con violencia (civilizatória?) entre hombre y naturaleza. Y con
científicos alemanes y cerebros japoneses. Después viene el Peronismo.
Literatura: La influencia de Borges en Piglia es evidente, Macedonio Fernández es algo como un super-héroe y James Joyce's Finnegans Wake es un libro sagrado. También menciona Dantes Divina Comédia, y me pareció parecido (más por el formato) a las novelas de Alessandro Barrico, con elementos de El pájaro que da cuerda al mundo de Murakami (que creo fue publicado después).
Es sabido que "el lenguaje mata", que toda la gente finge ser otra, que los mitos definen la gramática de la experiencia. La inteligencia del Estado es básicamente un mecanismo técnico destinado a alterar el criterio de la realidad. La lengua es la llave de la realidad. Mentir ya no es una alteración
de la ética, pero una falla en una especie de máquina a vapor del tamaño
de esta uña. Piglia alega que "lo real está definido por lo posible", por
eso el problema de la máquina surge cuando el error está desde el inicio
y el algoritmo de la máquina se auto-alimenta y lo reproduce para
siempre.
Hay una isla perdida en el
delta del Tigre con refugiados políticos, anarquistas, extranjeros,
etc. [muy cerca de donde viví y donde conocí el idioma y elementos
culturales que me influencian hasta ahora], que se llama Santa Marta.
Vaya coincidencia que la ciudad ficticia del universo novelesco de Juan
Carlos Onetti se ubica no lejos de ahí y se llama Santa Maria, también
aparece un tal Larson en la página 138 que me parece conocido de Onetti.
Se sabe, también, que la resistencia es femenina.
Mi frase favorita de la novela fue: "Los gauchos hablan en verso y
los obreros son gagos".
-¿En la máquina de La ciudad ausente hay una crítica al periodismo?
PIGLIA: "Implícitamente.
Yo creo que esa novela está escrita con la sensación de que todavía
quedaban cosas que había que decirlas. Había como un relato social que
circulaba en la sociedad frente a lo que era una versión muy
estabilizada en los años 90 sobre la situación. La novela no es sólo
eso, pero esa máquina de contar historias es una máquina que, en cierto
sentido, cuenta una serie de historias que han sido relegadas de la
superficie de la sociedad. Luego también la historia empieza a avanzar
en la línea de que había distorsiones, modificaciones de los relatos." (enlace de la entrevista en La Nación)
La novela tiene ya 24 años. Es una pena que La ciudad ausente se publicó antes del Menemismo, del 2001, de la Ley de Medios, del comienzo de la era Macri, seria aún mucho más interesante leer lo que Piglia (que es asumido Kirchnerista) tiene para decir.