Fue el segundo libro que leí de Eduardo Mendoza. Al igual que "Sin noticias de Gurb" es una novela humorística. La novela está situada en el siglo I y el protagonista Pomponio Flato, un filósofo romano, ateo, viaja por el
Imperio romano en busca de unas aguas de efectos portentosos para curar su padecer de diarrea. Después de dar unas vueltas y otras imprevistas termina en Nazaret,
donde el carpintero del pueblo está recientemente condenado a ser
ejecutado (en la cruz) por ser considerado culpable de asesinato. Pomponio se hace amigo del hijo del condenado y empieza a dedicarse a
averiguar la verdad de lo ocurrido y probar la inocencia del carpintero. La cosa
toma forma de novela negra. Me reí mucho. Me gusta el estilo satírico de Mendoza, aunque en este libro la mitad de los chistes van a costo de los judíos lo cual me pareció poco original. Pero me gustó mucho la ambientación entre griegos, romanos y judíos, me hizo acordar mucho de mis clases de latín en el liceo (hasta me volvieron algo de recuerdos -dadas por perdido en el olvido- de las leyendas romanas, lástima que entonces no eran contadas de forma tan entretenida). Igual que en el otro libro hubo mucho vocabulario que no entendía, tomé nota y voy aprendiendo.
Es un libro divertido, quizás no me reía a carcajadas, pero tampoco lo encontré flojo. Como novela negra lo considero bastante mejor construido que otras novelas negras serias. Es cortito y tiene acción, bueno para leer algo liviano y fresquito entremedio de las novelas serias, tristes, complicadas o largas de siempre ;-).
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