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30 agosto, 2018

Martin Suter - El último Weynfeldt (2008)


Un amigo encontró este libro en la calle, en una edición alemana y me lo dio. El nombre del autor me sonaba y después de una consulta a google me acordé de que leí su "La cara oculta de a luna" cuando tenía 15 años. En estos tiempos era una especie de libro "de culto". Recuerdo que me fascinaba el dibujo del bosque en la tapa:
El argumento y el estilo de El último Weynfeldt me hicieron acordaron vagamente esta novela de Martin Walser que leí hace poco y también de Friedrich Dürrenmatt que leímos en el liceo. Geográficamente, Walser y auter retratan una región no muy lejos, Walser el norte del lago Constanz e Suter la Suíza alemana justo al sur. También socialmente se centran en las clases vecinas. El protagonista de El último Weynfeldt, último porque no tiene hijos, es muy, pero muy rico, su fortuna es heredada y se dedica al mercado de arte.
Descendiente de una riquísima familia suiza, Adrian Weynfeldt,vive en un palacio en la ciudad vieja cuyos otros pisos están alquilados a un banco, lleva una vida "sin altos ni bajos". Tiene dos círculos de amigos, uno son los hijos de amigos de sus difuntos padres, todos viejitos que también coleccionan arte y se ayudan entre si. El otro circulo es gente mas joven para los que él es una especie de ayudante financiero. El enredo comienza cuando le intentan vender una falsificación del cuadro de Félix Vallotton Mujer desnuda ante una salamandra
y cuando también conoce por casualidad a Lorena, una chica "pobre" y avivada que le da vuelta su vida hasta ahora determinada por la buena educación y las rutinas y, también alborota su corazón de hombre solitario. Los personajes me parecían creíbles, pero aún así placativos. Y el argumento era algo previsible.
Como novela no me pareció grande cosa, pero me entretuvo. La leí en dos días. Siempre creí que este tipo de literatura es para gente a partir de los 40-50.  Porque casi todas las escenas se pasan en restaurantes, y la descripciones de los menus, caterings y decoraciones de interior ocupan el protagonismo en vez de ser solo la ambientación del argumento en su escenario social. Y eso me aburrió bastante. También su humor que se limita a la descripción de personajes ridículas, viejas, gordas, torpes y cabeza-duras y a un par de comentarios que parecen querer sugerir humor, por ejemplos, sobre lo que la gente piensa del cambio climático o del uso de los celulares modernos, me pareció muy flojo.
Se hizo también película, de esas películas del tipo "policiales, medio comedia, que retratan diferentes ciudades del país" que pasan a las 20h de la noche en la televisión pública y al otro día toda la gente clase media comenta en la oficina. (Por lo menos en alemana hay grande mercado de ese tipo de película). 
El buen efecto secundario que obtuve de la lectura de El último Weynfeldt es que me quedé después averiguando en Internet sobre estos pintores que se mencionan en la novela: impresionistas y post-impresionistas suizos, sobre todo Félix Vallotton, Giovanni Giacometti y Ferdininand Holdler.
Puedo decir que no es una novela que recomendaría, pero tampoco sentí que desperdiciaba mi tiempo por completo.

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