Etiquetas

1976 1985 1995 1996 1997 2002 2016 abuela aburrido academicos Afganistán africa Albert Sánchez Piñol Aldous Huxley alegoría Alemania Alessandro Baricco Alexandría alienación amazonas america amistad amor anarquismo Andes Angola Antoine Saint-Exupéry António Lobo Antunes arge Argentina arte Atwood Auster austríaco Autoficción autor autoritarismo autostop aventura Barcelona Barnes Beatnik benedetti Berlin Biafra biologia Bioy Casares Borges Boston brasil Bruce Chatwin Buechner Buenos Aires Bukowski caballos Camilo Jose Cela campo canada canguru Cannery row capitalismo Carlos Castaneda Castaneda catalan Catalunya César Aira chatwin Chile Chimamanda Ngozi Adichie chinos ciencia ficcion Ciencia Ficción ciudad civilizacion clases sociales clasico clásico cocina Coetzee colombia colonialismo colores comunismo Congo consciencia contemporáneo crisis economica critica social crotos cuentos cuentos cortos cuidad culpa y inocencia cultura D.H. Lawrence daniel Kehlmann darwinismo Dave Eggers depresión derecho desaparecidos desarollo desgracia detectives dialogo diario dictadura dinero distopia distopia/utopia Dostojewskij Douglas Adams drogas Egipto Enrique Vila-Matas escritura espacio urbano España espionaje estados unidos estadounidense estilo de escritura moderna Estonia evolucion exilio existencialismo familia fantasia fantástico fauna felicidad feminismo Fernando Pessoa ficción Fogwill Francia futbol futuro Gabriel García Márquez gales gemelos geografia George Orwell Glavinic Goethe Gonçalo M. Tavares Graham Greene Greene guerilla guerra guerra civil Guerra Civil Espaniola guerrilla Handke Harry Hole Haruki Murakami Helena Corbellini Henry Trujillo Herman Koch Hermann Hesse Herrndorf hippie hippies historia holandés homosexualidad Houellebecq humor identidad idioma ilustrado imigracion india indigenas infancia infantil inglaterra ingles inmigrantes intercultural intriga Irak Irán Isla Islam Italia italiano Jack Kerouac Jo Nesbo John Irving john steinbeck joseph conrad jovenes Juan José Millás Juan Pablo Villarino Juan Rulfo Julian Barnes juvenil kafka kafkiano Kehlmann latino latinoamericano Lawrence Durell lenguaje Levrero libros lisboa literatura africana literatura alemana literatura pop London lunfardo Luxemburgo Mairal Malvinas Manuel da Silva Ramos mar Marc-Uwe Kling Margaret Atwood Mario Levrero Mario Vargas Llosa Mazzantini memoria meta-ficcion mexico minirelatos mitologia mitología moçambique moderno Montevideo moral mujer mujeres multiculturalismo Munich Murakami navegar Nicaragua Niccolò Ammaniti Nigeria no vale la pena nomada nómada nómadas nomadismo non-fiction novela novela corta novela de barrio novela negra nueva novela latinoamericana Nueva York obrero occidente Octavio Paz okupas Olguín onetti Oriente oso ostracismo Osvaldo Baigorria otro libro aleman Pablo Ramos parabola Paris partido comunista pastiche Patagonia Pedro Paramo. latinoamericano percepción periodismo persia peru Perú playa poesia poesía policíaca policial poligamia Politica ficcion porcelana portugal portugues Premio Nobel prostitucion psicoananalisis puerto Puig racismo Rafik Schami raza realismo realismo magico realismo. cela Reino Unido relato religion República Dominicana rio ritual de pasaje Robert Musil rui zink Rusia sabiduria Sacheri Saer satira Schnitzler Sergio Olguín serie: O reino sexo sexualidad siglo XX sigloXIX simulacro Siria sistema escolar Skármeta soledad Sudafrica Suecia sueño surrealismo Tango Tomás Eloy Martínez tremendismo trilogía involuntaria triologia truco Trujillo turismo unicornios uruguay utopia politica vagabundo vagabundos vargas llosa vejez viaje viajero vida y muerte. vide de campo Viena vigilancia violencia violencia domestica violencia sexual zadie smith

25 agosto, 2016

Juan Carlos Onetti - El astillero (1960)



Recuerdo, que de la vida breve no había entendido nada, me decepcionó. Creo que ni la pude terminar, tan abstracta, retorcida y seca me parecía. No conseguía entrar en el estilo de Onetti, que es denso, lleno de adjetivos y pensamientos grises. Tampoco en el astillero se entiende mucho de la acción, porque los narradores no son todos de confiar, pero se aprecia el intento de envolver todo en palabras
Pero ahora reconozco que Onetti es uno de los grandes. Cínico y ambiguo, como me gusta a mí, se nota que tiene más placer en escibir sobre las cualidades feas del hombre de que otra cosa. Leer esto es como terapia, se mastican temas hasta que algo se disuelve. Lento, de sabor extraño, pero suspenso y envolvente al mismo tiempo. 
Para el astillero Onetti cr el antihéroe Larsen, que como casi todos los personajes tiene nombre de inmigrante, y ese su universo cinematográfico alrededor de la ciudad de Santa María (la misma de otras novelas), que posa sobre palos contra las subidas del río, donde huele a pez muerto y los faroles son amarillos. Queda cerca de Entre Rios tal vez, pero diferente, mas oscuro, desolado y conectado solo por vía fluvial con el resto del mundo. Ya ni nos imaginamos tener que llenar tanto tiempo. El estilo de Onetti parece predominantemente descriptivo, pero no lo es, la trama se construye a partir de recuerdos de testigos, y es por eso que el lector no se aburre, porque tiene que dudar, decidir a quien creer y a quien no, juntar las piezas del puzzle.
El astillero es un ambiente de decadencia, de eterna crisis y pesimismo, que me acordó un poco a Corazón de las tinieblas de Jospeh Conrad, aunque la historia es diferente. Pero tiene esa manera que hace el protagonista avanzar o abandonarse, sin saber si hay esperanza, adonde lleva el camino y  de quien se puede confiar. Cando Larsen vuelve a a cuidad, le ofrecen el puesto de Gerente. Claro  que es una oportunidad de volver a poner pie en la ciudad y parece que lo pusieron a prueba. Nosotros los lectores sabemos también que él no puede ser inocente. Queda lindo ver este astillero todo podrido a caer en pedazos, bajo el rocío blanco de las heladas, oxidándose, a fundirse irremediablemente. En este lugar mismo el Gerente General pasa hambre y todos saben que el jefe no va a pagar al fin de mes, que es todo una farsa. Hace dos generaciones que todos los cheques emitidos son falsos. Pero hay un rumor que dice que todo está en vías de ser arreglado, los gobiernos cambiaron, los negocios avanzan, pero ninguna información es segura. Por las dudas Larsen inventa un plan b, se acerca a la hija del jefe y a la mujer de su colega, (que además ocupa un lugar importante en la historia, pero no se menciona su nombre) y trama una especie de amistad con los administrativos. Fingen mantener todo a andar, juegan a trabajar, como si el sistema existiese, como si su vida tuviera sentido, y terminan miserables y enemigos, sentados en la casita de cuatro chapas detrás del astillero, con los perros sucios y nada más que hacer que vender material del depósito para sobrevivir, asar un trocito de carne con la madera de las traviesas del carril, escuchar la lluvia y hasta beber un copo de aguardiente casero, por mal que fuera. Todos saben que al viejo y misterioso propietario de la empresa Jeremías Petrus, le importa más el juego que ganar. Pero el juego hace rato que se tornó independiente de ellos, su condición de hombres que huelen dinero aunque saben que no hay forma lícita (el mundo es ilícito) de ahí llegar. Permanece la duda de si existe otro mundo ahí fuera, o mejor dicho, todos tienen la certeza de que existe, pero nadie toma la iniciativa, el primero paso, que significaría dar un adelanto de confianza y buena fe en el mundo.
No me imagino lluvia más áspera (llueve casi sin parar, durante el libro todo, con alta humedad y viento frío, solo al final, cuando el lector ya está ansioso por un esclarecimiento, escampa y da lugar a una luz cruel y cortante), ciudad más siniestra, no me imagino mejor uso del sombrero para describir un personaje. Esta novela es la mejor muestra de que la maldad está hecha por desespero, desolación, y que todos hacemos parte. Y que está cubierta por un sistema abiertamente falso y disfuncional, que alimentamos, con la esperanza de que nuestra lealtad sea recompensada. O talvez aceptamos que en esta sociedad miserable nunca pasa nada, nos acostumbramos al tedio, desespero y nos empeñamos en dissimularlo con mucho estilo.
Ahora me siento como si tuviera pasado un invierno dentro del libro. Me va a costar volver al verano mediterráneo.
No entendí bien el final /casi que me enojé con Onetti por eso. Y perdí el papelito donde anoté mas cosas que quería escribir en esta resenha.

03 agosto, 2016

Manuel da Silva Ramos - Os três seios de Novélia (1969)


Dicen que el autor escribió este texto a los 20 años. Yo no me lo creo, o bueno, es un genio entonces. Con este texto ganó el premio Almeida Garrett en 1968.
Mezcla poesía con novela, o cuento. Y yo estoy comenzando a gustar de poesía. Es un libro sobre como es ser joven y vivir en los cafés de Lisboa desconstruyendo frases, observar el alrededor y soñar con mujeres. Parece que el autor a los 20 anos ya tenía una memoria de vida riquísima (que no se mide en años, pero en páginas o en sueños), un estilo propio con fuerte poder de expresión. Introduce imágenes y olores en las frases, imaginación erótica, desarma y reconecta sentidos, los verbos descubren funciones largamente olvidadas. Y al mismo tiempo mantiene un hilo narrativo.
“-...quando acabou o liceu empreguei-me. Ainda hoje estou onde comecei. Sou secretaria dum grande banco falido. Foi aí que descobri que o dinheiro faz parte integrante das nossas fezes para o equilibrio do corpo..” (24).
"O poeta não toma banho porque é incorruptível." (66)
"Sangue. Agitar antes de usar." (70)
 
Preguntándome de donde venía esta habilidad literaria, tropecé con una a frase en el libro: "Só tenho uma única ambição na vida: conheçer o Alberto Caeiro." Es una pista, tal vez. Parece que fue lector precoz, escribía a la sombra de la electricidad. En el posfácio "Semsoutiennenhum" explica que mientras sus colegas se convirtieron en activistas políticos, ele se metía en los libros, igual después tuvo que exiliarse en Francia y fue en Paris que le formó en cuanto escritor.
La edición que tengo (Dom Quixote) contiene: Os três seios de Novélia, Um longo Nascimento y A Respiração. El texto que me gustó más fue el primero. Estoy ansiosa por leer alguna de sus novelas.

01 agosto, 2016

Arthur Schnitzler - Die Traumnovelle (Relato soñado) (1926)


 

         Comenzar un libro y luego reparar que ya lo había leído - esto me pasa seguido, últimamente. En este caso valió la pena, porque cuando lo leí por primera vez debía tener más o menos 16 anos, me acuerdo que lo acabé con incomprensión y un poco de pudor o asco.
En su manera de evocar los misterios de la noche urbana, y las fuerzas del inconsciente, el Relato soñado me parecía aparentado con los cuentos del romantico E.T.A. Hoffmann. Schnitzler desarrolla el texto sobre el lado oculto de la sociedad y las fantasías prohibidas. Hay también fiesta, locura, y cuestiones de culpa, todo eso manifiesto en los sueño de los matrimonios burgueses. 
(Se ve que en la época, la psicología y psicoanálisis estaban de moda).
El médico Fridolin, anda por las calles de noche, conoce chicas que se prostituyen y otras mujeres familiares de pacientes que le echan vistazos y lo invitan a conocerlas. Como todas son peligrosamente atractivas para él, algo que hasta entonces no tenía notado o admitido nunca, emprende la lucha de mantener su dignidad en cuanto hombre profesional y padre de familia. El gran objetivo parece ser siempre el de reconstruir la vida de matrimonio entre Fridolin y Albertine. 
A través de un amigo, Fridolin descubre por acaso una sociedad secreta, consigue la palabra de contraseña y entra, atraído por la intriga erótica un baile de hombres disfrazados y mujeres desnudas con antifaces. Pero apenas entra en contacto con una mujer, es descubierto y tiene que huir. Todavía piensa que serian "todas putas", pero después se siente mal cuando la mujer se ofrece ser castigado a su vez, para salvarlo. De vuelta a la vida burguesa, comienzan las confesiones al cónyuge, un juego de despertar celos contando al otro los sueños (en este sentido, Albertine también tiene aventuras nocturnas) y deseos que siempre implican herir y traicionar la pareja, y dando mucha importancia a estos.
Cuando al otro día se pone a investigar, parece que el misterio se resiste de aclarecer, y parece que todos tienen más información que Fridolin. Toma un carruaje y encuentra la casa de los suburbios de la fiesta, donde por su sorpresa le reconocen y le entregan formalmente una carta, le pronuncian la segunda advertencia de no investigar más.
Pienso que se trata, básicamente de una historia sobre como controlar sus fantasías y seguir con la vida de matrimonio, reprimido y reprimidor. Aunque debe contener unas cuantas piadas y símbolos que se me escapan por desconocimiento del contexto. Leí que el texto fue censurado durante el nacionalsocialismo.

Archivo del Blog

Translate