Es el segundo libro que leo de este autor sudafricano, portador del premio Nobel. El primero me decepcionó un poco, pero este, como a tantos amigos míos les gustó, no puso fallar. Me gustó mucho y eso a pesar de tematizar violencia, racismo, poder, subyugación. Estuve super enganchada con este libro como no me pasó hace un tiempito. También es una de esas historias a las que uno vuelve pensando, interpretando aún semanas después.
La historia va así: Al profe de literatura, David Lurie, cincuentón, ya divorciado dos veces le cuesta satisfacersus deseos eroticos, sexuales. Por eso en un momento débil empieza una historia con una alumna suya, 30 años más joven. Ella se porta medio apático, pásivo, no queda claro que quiere. Pronto, pero una historia así nunca termina bien, lo denuncian y es despedido de la universidad, lo cual no le importa mucho porque su profesión y sobretodo la enseñanza lo tenían desilusionado, aburrido igual. Como él se niega a pedir perdon en público y seguir el protocolo social establecido para situaciones así, los mecanismos de exclusión social empiezan a girar. Él aprovecha para abandonar Ciudad
del Cabo y va a visitar la granja de su hija Lucy lejos en el medio de la nada. Ahí en el campo las profundas desgracias del comportamiento los seres humanos le siguen y sin el maquillaje de la sociedad moderna, sino en su estado puro y duro. Descubre también que su hija que se realizó el sueño de poseer tierra y vivir en el campo no puede estar salvo de estas influencias.
Habla de la índole de violencia entre, hombres y mujeres, blancos y negros, campo y ciudad, animales y humanos de una manera excepcional y con una sutileza que el lector tiene que decidir si prefiere entenderlo en el contexto historico, simbolico/metafórico, o en el sentido concreto como novela nada más. Interesante es la pregunta de como tratar con estas manifestaciones de poder y desigualdad? En la historia contada no aparece ninguna salida fácil, es huir o luchar.
Para que leemos estas cosas horribles? Es para entender mejor la desgracia humana, que es algo que nos debería importar, o para embriagarnos de emociones cual consumidor de películas de terror. No sé.
El estilo de esta novela corta es simple, llevadero. Lo debería haber leído en ingles, pero lo conseguí en portugues y fue bien entendible todo. Para algunas palabras Coetzee usa el alemán, porque dice que es el idioma de las abstracciones. Que sea justo la palabra Lösung, (literalmente solución) que elige para describir la eutanasia de perros moribundos, heridos, no deseados es fuerte porque, según creo yo, hace alución a la palabra usada durante el regimen Nazi para tratar con ciertos grupos sociales no deseados.
El libro me dejó con una admiración por los personajes y la idea de que yo, sea afortunadamente o no, vivo en una burbuja.
Más que recomendable!
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