Quería
leer algo cortito, livianito y eso tuve.
Aunque bien parece el libro más flojo del
autor.
Andrés
Neuman escribe muy bien, los personajes están bastante buenos, las
descripciones de la noche alucinantes, pero la historia avanza lento,
o mismo es poca historia para llenar una novela, se hubiese quedado
com el formato cuento mejor.
El
libro cuenta la historia de Demestrio, un hombre que trabaja
recogiendo basura en Buenos Aires.
sus
recuerdos de la Patagonia, de la infancia a orillas del lago
Nahuel Huapi y del primer amor. Y
algunas cosas más.
Me
pareció creíble, enfaticé con él. Pero le falta algo. Al final
queda medio soso, o interminado.
Si no
fuese porque Neuman sabe hacer de las descripciones más simples una
poesía, una imagen que resuena, esta novela sería mala.
Y
no me gusta como el narrador imita
el acento argentino, es un recurso que por veces
da mucha vitalidad y autenticidad, pero en este caso es demasiado.
(Los personajes cada mañana piden dos
“cafeses”). Queda medio banal, aburrido. No
sé bien explicarmelo.
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