Ya había leído del autor las novelas Opendoor (2006) y Paraísos (2012) que me gustaron
ambas mucho. En Pequeña Flor, ciertos temas de sus otras novelas
encuentran continuidad como lo es con la locura o animalidad, pero su carácter y estilo
es diferente. Ya no continuamos con la protagonista de las otras
novelas, ni con la misma sensibilidad.
Pequeña Flor tiene apenas un poco más de cien páginas por lo que se lee en una tarde, o en una mañana, su estilo se podría describir
como Airiano, aunque menos denso en referencias y disparates. (Mencionar
a Aira es quizás injusto, poner la valla muy muy alta). También podría decir que la novela me recuerda el estilo de La Uruguaya de Pedro Mairal, porque combina lo cotidiano con lo fantástico, el suspense con la emoción.
El protagonista es José que narra en primera persona, está casado con Laura con la que tiene una pequeña hija, Antonia. La historia inicia cuando José pierde su trabajo, entonces Laura decide volver a su empleo y dejar José a cargo de las tareas domésticas. Ahí se despliega un mundo nuevo para él, conoce a sus vecinos y descubre cierta capacidad en sí mismo (un don) que le hace dudar de su salud mental y a la vez le da una fuerza singular. Estos descubrimientos influyen en la gestión de los puntos muertos y recapitulaciones amorosos propios del matrimonio joven culminando en un final decisivo.
La novela no me pareció excelente, ni muy buena, pero está lejos de ser mediocre o mala también. No es una recomendación caliente, pero tampoco una perdida de tiempo. Havilio sabe muy bien construir sus personajes, siempre muestra una intimidad, una introspección en el especifico flow en que los personajes se encuentran en ciertos momentos en su vida (joven adulta), que se logra sin monólogos y sin muchas palabras siquiera. Diría que este es gran fuerte de este joven autor y me encantaría leer más de él en el futuro. Sus novelas siempre están situados o en
el campo o “islas de campo”, jardines, baldíos, parques, suburbio, me parece en la provincia de Buenos Aires. Otra cosa que hay en todas sus novelas es una atracción homosexual del protagonista, aunque a veces es una cosa menor, o sin importancia.Referencias: petite Fleur, música
años (1950) y Resurrection, novela
de Léon Tolstoï (1899).
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